Por Marina Lorenzatto

La amistad entre un superior y un subordinado

Muchos profesionales no recomiendan la contratación de amigos para desempeñar tareas laborales.

Una relación de amistad entre un superior y un subordinado puede de hecho tener varias ventajas pero también puede tener efectos nocivos para el negocio y la organización en sí misma.

Ventajas

Un aspecto positivo de esta amistad entre un superior y un subordinado es que ambos pueden entender mejor las necesidades y las circunstancias del otro. El superior puede, por ejemplo, anticiparse a las situaciones en donde sabe que el subordinado, su amigo, necesitará de asistencia o apoyo. Esto puede beneficiar de manera notable la productividad porque está comprobado que son más provechosos los entornos laborales donde existe una orientación adecuada hacia las personas.

Otra ventaja es el elevado nivel de respeto mutuo que las partes pueden sentir. A través de la amistad el subordinado puede llegar a tener una visión más acabada de los desafíos, las responsabilidades y las decisiones que el superior debe afrontar. Esto conduce a una mayor comprensión de las presiones diarias que enfrenta un puesto de nivel superior.

Por el otro lado, el trabajo y el ambiente laboral pueden volverse más amenos debido a que se trabaja con amigos. Asimismo, esta amistad puede favorecer la solución de problemas laborales porque las partes abordan las dificultades en equipo en un clima de confianza.

Otro aspecto favorable es que esta relación de afecto facilita la comunicación sincera y el aprendizaje entre los involucrados. Uno aprende del otro.

Desventajas

Este tipo de amistad puede generar resentimiento en los demás empleados quienes pueden sentirse perjudicados frente a una posible pérdida de objetividad por parte del superior. Por esta razón es recomendable que el trato dentro del ambiente de trabajo sea el mismo para todos y que el superior no se deje influenciar por esta amistad. Es extremadamente importante evitar los favoritismos porque estos desmoralizan a los buenos empleados.

Esta relación de afecto también puede llevar al superior a tener un nivel de tolerancia mayor frente a los errores e incumplimientos de su amigo, lo cual conduce a una pérdida de profesionalismo de ambas partes. Separar los sentimientos personales de las responsabilidades laborales es una forma de prevenir escollos futuros.

Otro aspecto negativo es la posibilidad de que los problemas que se generan dentro de esta relación personal se trasladen al trabajo y terminen damnificando la productividad. Del mismo modo, lo opuesto puede suceder: los conflictos y desacuerdos laborales pueden perjudicar la amistad.

Esta amistad puede también dejar al superior en una situación difícil al momento de tener que tomar decisiones que pueden perjudicar la vida no sólo profesional sino también personal de su amigo. Por ejemplo, no otorgarle un aumento salarial por bajo rendimiento o tener que despedirlo.

El desafío está principalmente en asegurarse de que la relación de amistad no obstruya la calidad del trabajo ni nuble la capacidad del superior para tomar decisiones justas y objetivas por el bien de la organización. No obstante, si esto no es posible, es mejor no desarrollar este tipo de amistades en el trabajo. Claro está que siempre se puede ser cordial, respetuoso y de trato agradable con todos los empleados sin distinción jerárquica.


Lic. en RRHH Marina Lorenzatto

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