Por Daniel de Michele

Las ciudades esponja

Las consecuencias del cambio climático han impactado en todo el mundo

Sugieren que algunas de las viejas soluciones a los desbordes periódicos de la naturaleza ya no pueden ser contenidos con los métodos milenarios de protección que la civilización ha diseñado y mejorado por siglos.

En todos los conglomerados urbanos las especies vivas han debido sobrevivir a cambios generados por el exceso de agua global, producto del cambio climático. La especie humana conocía el desborde de las aguas en todas sus variantes. Hoy hemos aprendido ya que el calentamiento global progresivo, es responsable de que más agua caiga sobre la naturaleza del planeta.

Hace unos 30 años los investigadores Newell y Yong Zhu del MIT, acuñaron el término ríos atmosféricos. Usaron ese término para describir regiones estrechas de la atmósfera que transportan grandes cantidades de humedad a largas distancias, contribuyendo significativamente al ciclo global del agua y a los patrones de precipitación. Desde entonces, los ríos atmosféricos se han convertido en un área importante de estudio en meteorología y ciencia climática.

El transporte de agua en la atmósfera se realiza en filamentos gaseosos llamados corredores de vapor de agua alimentados por la evaporación creciente, frente a la elevación de las temperaturas globales. Habitualmente, se los vincula con las precipitaciones extremas de grandes volúmenes de agua.

La multiplicación de desastres ambientales provocados por lluvia excesiva y desborde de los sistemas urbanos se relaciona con las inundaciones, las que se han multiplicado en todo el mundo. Los científicos han comprendido que todos los sistemas que evitaban las inundaciones urbanas, ya han sido desbordados por la furia de los ríos atmosféricos. De hecho la ciencia en todo el mundo está estudiando otras alternativas que reemplacen a las ya superadas. Kongjian Yu -otro científico chino arquitecto de la Universidad de Pekín-, ha comenzado a calibrar una estrategia inversa para el manejo de las inundaciones, esto es, permitir que al agua ingrese a los espacios poblados. Su consigna es tan simple como temeraria: "No se puede luchar contra el agua, debemos permitirle entrar y adaptarnos a ella." "En lugar de poner más tuberías de desagüe, construir muros de contención y canalizar los ríos entre diques de concreto, deberíamos disipar la fuerza destructiva de las crecidas ralentizándolas y dándoles espacio para extenderse". En referencia al arte marcial chino en el que la energía del adversario es usada para derrotarlo, sería algo así como “hacer taichí con el agua”. Yu ha supervisado el desarrollo de cientos de parques acuáticos urbanos en China, donde se canaliza la corriente de las crecidas repentinas para que penetre en el suelo o sea absorbida por humedales artificiales. Según se menciona, "la Revolución Cultural China, le enseñó cómo las generaciones rurales anteriores se habían hecho amigas del agua”.

Los agricultores chinos construyeron terrazas, terraplenes y estanques para dirigir y almacenar el exceso de agua durante la temporada de lluvias. El proyecto de hacer taichí con el agua, está en marcha y daría nombre a la nueva estrategia urbana: las "Ciudades Esponja".


Daniel de Michele

eljibaro2002@gmail.com