Por Juan Manuel Fabricius

Las falacias y el Milei del espejo

Se denomina falacia a un razonamiento engañoso o erróneo (falaz), pero con apariencia de razonamiento correcto, que suele utilizarse con fines de convencer o persuadir de que uno tiene la razón en medio de una discusión.

El 12 de noviembre de 2023, en pleno debate presidencial, y mientras se discutía si era o no imprescindible contar con un Banco Central, el entonces candidato Javier Milei le enrostró a su oponente Sergio Massa haber caído en la falacia ad populum

Esta falacia consiste en sostener que algo es verdad o correcto cuando es aceptado por la opinión pública o las mayorías, en lugar de razones lógicas. Es decir, el argumento se considera válido solo porque mucha gente lo respalda. En el caso en cuestión, Massa argumentaba que eliminar el Banco Central era “una mala idea” por el hecho de que la inmensa mayoría de los países del mundo lo tienen.

A Milei le fascinan las falacias. Suele usarlas cada vez que cree detectar una, con el aire de superioridad de quien demuestra su saber, batiendo a su contrincante dialéctico con el peso del razonamiento lógico.

Sin embargo, parece costarle asumir las propias. De hecho, suele revelar esta misma falacia cada vez que en sus discursos tweeteros o en el marco de obsecuentes entrevistas argumenta que la totalidad de la clase política debería apoyar todas y cada una de sus medidas o propuestas por el hecho de haber sido votado por el 56% de los electores. “Falacia ad populum”, le diría a Milei su reflejo, si pudiera hablarle: que la mayoría lo haya votado –y aún lo apoye- no lo hace infalible. Tendrá que esforzarse más para convencer a todos –o al menos, a la cantidad que necesita en el Congreso- de que su plan será beneficioso para el país.

El reciente rechazo al DNU en la cámara de senadores despertó –otra vez- la ira del Presidente. Fue para él, una muestra más del boicot orquestado por el resto de las fuerzas políticas hacia su gestión. Los que votaron en contra “son todos traidores a la patria, que quieren que siga todo igual”; “no les importan los pobres, no les importa el país”; “solo les importan sus curros de políticos chorros”; “se niegan a perder sus privilegios”; “no quieren que la Argentina cambie”, fueron algunos de los argumentos que Milei retweeteó

En su concepción, no hay término medio. O se aprueba su bendito DNU sin cambiar una sola coma, y el país despega rumbo a la prosperidad absoluta y la riqueza que nos merecemos, o no se aprueba y estamos condenados al eterno fracaso y a descender –aún más- en el infierno de nuestra penosa economía.

“Falacia del falso dilema”, diría el Milei del espejo: sólo se consideran dos resultados opuestos y extremos, sin observar que existen otras alternativas, como por ejemplo realizar algunas de las modificaciones que hasta sus aliados proponen, o dividir el gigantesco decreto en partes más plausibles de ser aprobadas.

Pero además, el presidente cree que la única razón por la cual los legisladores –que dicho sea de paso, también fueron votados por el pueblo, y en un mayor porcentaje al del propio Milei en la primera vuelta electoral- desaprueban su norma es porque son chorros y corruptos, metiendo en la bolsa hasta a quienes están dispuestos a defenderlo si tan solo fuera un poco razonable.

“¡Falacia de causa falsa!”, vocifera el opuesto Milei que critica al original: La razón por la que el primer mandatario no logra triunfar en el Congreso –ya le pasó con su mentada Ley Bases… - no tiene que ver con las ganas de traicionar a la patria de diputados y senadores, sino con la actitud de todo o nada del Presidente, incapaz de entender que su inferioridad numérica en la legislatura lo obliga a establecer acuerdos.

Y aquí, otra falacia, sin nombre técnico pero muy vista en la política: negociar no tiene por qué ser un sinónimo de debilidad, ni de tratos espurios que promuevan beneficios ilegales para algunos. Convenir, pactar, concertar, son acciones propias de la política y de la democracia, en las que las partes intervinientes mejoran la propuesta para que sus resultados sean mejores para todos. Los únicos que no acuerdan son los tiranos.


Juan Manuel Fabricius

Licenciado en Periodismo y Profesor de Educación Primaria. Director y cofundador de Radio Municipal Villaguay

juanmanuelfabricius@gmail.com