Por Marina Lorenzatto

Liderazgo

Todas las organizaciones necesitan un mínimo de liderazgo para poder funcionar.

¿Por qué a ciertas personas liderar se les da de forma natural mientras que hay otras que nunca podrían hacerlo? El liderazgo es un tema complejo que ha sido y es estudiado por diferentes áreas del conocimiento humano y abordarlo en un único artículo es imposible. Por eso, me esforzaré por transmitir de forma precisa algunos aspectos del liderazgo que, a mi entender, son cruciales para el funcionamiento de una organización.

Si bien existen diversas teorías, todas coinciden en que se trata de un proceso de influencia a través del cual el líder facilita con sus acciones el movimiento del equipo hacia el logro de los objetivos en común. En otras palabras, el líder tiene la capacidad de influenciar a los integrantes para que el grupo como un todo alcance las metas compartidas.

Para tener una idea más acabada sobre el liderazgo, es primordial aclarar primero que influenciar y manipular no son lo mismo aunque ambas acciones impliquen persuadir a otros.

Influenciar es persuadir a las personas de forma positiva para que por voluntad propia hagan algo que es bueno para sí mismas y para los demás, y en pos del bien mayor. Mientras que manipular significa persuadir a las personas de forma deliberada para que hagan algo en su beneficio o de unas pocas personas. Es decir, el manipulador busca satisfacer intereses personales. Existe una diferencia abismal en el fin último de la influencia y de la manipulación: la primera busca el bien mayor y la segunda, satisfacer el egoísmo. La influencia es positiva y la manipulación es negativa.

El trabajo del líder no es ni más ni menos que movilizar e inspirar a otros para que el equipo pueda concretar la visión compartida que se tiene sobre el futuro. Es decir, el rol del líder es ponerlo en movimiento para que pueda materializar las metas propuestas, las cuales pueden ser aumentar la productividad, reducir los desperdicios, incrementar la participación en el mercado, hallar una solución para un problema específico, implementar un nuevo servicio, mejorar la atención al cliente, comenzar a vender online, abrir una nueva sucursal, etc.

El comportamiento de un líder para tener éxito debe mantenerse básicamente orientado y equilibrado en dos sentidos: por un lado, debe estar enfocado a las personas y, por el otro, debe estar orientado a los resultados.

Orientación a las personas

La orientación a las personas significa que el líder cuida las relaciones entre los miembros, se interesa en las necesidades de los integrantes y es sensible a ellas, acepta y valoralas diferencias individuales porque en las diferencias los miembros se complementan. Los estudios demuestran que esta orientación a las personas se asocia con una mayor productividad del equipo y una mayor satisfacción personal.

Quien ejerce el rol de liderazgo debe poder empatizarcon los demás porque, para poder influir en las personas, es extremadamente necesario poder ponerse en el lugar del otro. Si el líder no comprende cómo el otro se siente, ¿cómo hará para influir en otros? Ser líder demanda un elevado nivel de inteligencia emocional.

El líder es un ser considerado cuyas relaciones se caracterizan por la confianza mutua, la colaboración, la sinceridad, y el respeto por las ideas y los sentimientos ajenos. Se preocupa por la comodidad, el bienestar, el estatus y la satisfacción de los demás. Es amigable, accesible, humilde, congruente y un excelente comunicador, entre otras cosas.

Orientación a los resultados

La orientación a los resultados implica que el líder presta atención a los aspectos técnicos y a las tareas que el equipo debe realizar con éxito. La finalidad del liderazgo en las organizaciones es cumplir con los objetivos en tiempo y forma; en su rol, el líder propicia la consecución de los objetivos del equipo. Su comportamiento se orienta a la acción, es decir, al hacer para llegar a la meta prevista debido que su responsabilidad es conseguir resultados. Esto abarca entre otras cuestiones planificar, organizar, conseguir y asignar recursos, integrar, delegar y controlar, comunicar, todo en su justa medida.

El equilibrio entre la orientación a las personas y la orientación a los resultados es fundamental para evitar situaciones extremas improductivas. Por ejemplo que se diluya la importancia de obtener resultados por anteponer a las personas cuando la situación no lo amerita o, viceversa, que se persiga la obtención de los resultados a expensas del bienestar, la capacidad y las posibilidades de las personas involucradas.

Algunos rasgos incrementan la probabilidad de ser un líder exitoso pero ninguno lo garantiza porque el liderazgo depende en gran medida de las circunstancias. El liderazgo exitoso que alcanza los resultados previstos depende de la justa correspondencia entre la situación imperante y el estilo de liderazgo del líder porque no se lidera de la misma forma en todas las circunstancias.

Pero esto no es todo debido a que su éxito también depende de las características del equipo, el cual debe aceptar, reconocer y respetar al líder como tal. Se puede tener al mejor líder del mundo pero si el equipo no colabora, nada puede hacerse. No obstante, el respeto no se impone; el respeto se gana.

Las soluciones mágicas para convertirse en un líder exitoso de un día para el otro son irreales. Convertirse en un buen líder lleva tiempo e implica un gran compromiso personal. Para liderar a otros, primero hay que liderarse a sí mismo. Tampoco existe una única manera de liderar que sea la mejor porque todos los estilos tienen ventajas y desventajas. El mejor estilo de liderazgo es el que se adecua a las circunstancias por eso es indispensable que el líder tenga una gran capacidad de adaptación.


Si precisa orientación con respecto al desempeño de los equipos de trabajo y/o a la forma de liderar a las personas, entre en contacto.

Lic. en RRHH Marina Lorenzatto

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