Radicado desde mediados del 2010 en San Pablo, Brasil, Omar contó que viene de una familia de músicos. “Mi papá Rubén fue el que nos inculcó y enseñó la pasión por la música y la guitarra. Recuerdo mi infancia yendo a la escuela Sarmiento y volver a casa a empuñar la guitarra para sacar algún acorde o punteo”, rememoró.

Por ese entonces, además de aparecer en él las ganas por aprender a tocar música, también se le despertó la curiosidad por arreglar instrumentos. “De adolescente pasé por la escuela técnica y quedé encantado por la carpintería y eso estimuló en mí las ganas por arreglarlos, tarea que recuerdo arranqué por un contrabajo que llegó a mis manos en la adolescencia”, relató.

Actualmente, el artesano considera que su profesión es ser luthier y músico, ambas pasiones en las cuales se formó de una manera autodidacta. “En el caso de la luthería he recorrido muchos talleres para aprender de primera mano con grandes exponentes en el tema”, comentó.

Ya con una marca propia, Arredondo Luthier, Omar contó que fabrica guitarras clásicas, acústicas, eléctricas, cavaquinhos, ukeleles y también incursionó en violines, pero éste último es un instrumento que presenta muchas dificultades en su armado y confección así que solo ha realizado reparaciones.

“Cada instrumento y sus maderas requieren un proceso diferente, además de un tiempo de curado particular. Hay materiales que necesitan más de cinco años de estacionado para una sonoridad acorde”, explicó.

También detalló que usa maderas tales como palisandro, abeto, cedro de Canadá, ébano y jacaranda, entre otras y para evitar el desmonte y el corte de especies añejas trata de buscar muebles antiguos de más de 50 o 60 años y reutilizar ese material.

Además de trabajar en su taller de reparación de instrumentos, cada vez que regresa por nuestra ciudad Omar despunta el vicio de la música tocando con algún colega con el cual conformó algún proyecto musical, tal es el caso de “It Sam - Dos Fuegos”, dúo que conforma junto al músico Diego Álvarez, donde ejecutan temas de su autoría con una propuesta que gira en torno del Rock, Pop y Folck.

“La lutheria es todo un arte, un luthier es un médico de instrumentos. Además hacer un instrumento es algo muy personal, hay que crear un vínculo con cada proyecto, lo ves nacer y al escucharlo sonar arriba de un escenario se completa el círculo”, sostuvo.

“Ese trabajo no tiene precio, he recuperado guitarras tiradas amojosadas y que estaban más para leña que para volver a sonar y las recuperé y volvieron a sonar”, concluyó el artesano.